¿Tienes un abogado del diablo en tu equipo de innovación? Enséñale la salida.
“Today, the devil’s advocate is the biggest killer of innovations.”
– Tom Kelly
Tom Kelley, CEO of Ideo, and author of “The Ten Faces of Innovation” hits hard against the devil’s advocate. I agree with him; let me tell you why you should too.
I’ve had the pleasure of being a mentor in the binational innovation nodes of Conacyt and the National Science Foundation; I work with clients and students on entrepreneurship and innovation projects; I have been in massive entrepreneurship processes such as the macro-workshop organized by the universities of Celaya and Harvard… and there’s one thing I have learned: the one who kills entrepreneurial ideas, innovations and opportunities the fastest is the devil’s advocate; that person who comes out with pessimistic and uninformed opinions, always with the “innocent” intention of helping the creative process, while intentionally destroying it, saying why ideas will not work.
The devil’s advocate must be useful for the Vatican when they are in the process of sanctifying someone… I don’t know and really don’t care that much. What I do know is that innovation and entrepreneurship need creativity, freedom, and the desire to wonder into unknown territories and new things. Can anyone tell if something will be innovative or disruptive, if it will be successful or not, when we are just in the process of creating it?
Who says if the ideas are good or not?
Kotler says marketing creates, communicates, and delivers value to a target market, at a profit.
And who defines value? Consumers do. They will tell whether or not a bike rental service, available through a phone app to pick up and drop off anywhere, is worth $5 an hour.
Mobike and VBike are there. Do they work? Are they valuable?Consumers will say.
Consumers will tell if there is any value in renting apartments from strangers when visiting other cities, to live as a local and not as a tourist. Airbnb makes that offer, and it’s doing quite well: It had $3.4 billion in revenue in 2020, in the middle of a global pandemic that has limited travel for everyone.
Nonetheless…
Although I do not accept the role of the devil’s advocate, I believe that we must be critical when we are innovating. As we are with the revenue stream section of the Business Model Canvas, where we describe how the business will generate income to operate well and achieve an attractive profit.
From a practical perspective, value is reflected in price. People pay more for what they consider valuable. I often say that “value is in the eye of the beholder”. Why is a Rolex more expensive than a Swatch, when both are Swiss and tell time with reasonable accuracy? Why would someone pay $320 for a Benotto mountain bike, or $6,700 for a LOOK Mountain, when both are for sale on the same manufacturer’s page? Because of their value. One is simply worth more than the other in the eyes of the consumer, and people are willing to pay more because of it.
Bottom line: show your devil’s advocate the way out now, and encourage other roles to support innovative thinking. Let them work on how to help the consumer with their motivations, frustrations, benefits and things to do, to produce ideas that generate value.
Deal?
One more thing.
Amazon is setting a foot out of the digital world, opening stores with innovative features, like cashierless payment. They already have 24 stores in the United States. Who will say if they are attractive? The devil’s advocate? No. The customers.
Before I go.
Brand loyalty exists; It is achieved with three strategies and ensuring the necessary processes to always deliver to the consumer what we sold: Integrated Communications, Impeccable Offer and Illustrated Service. Take a look at the COS Model.
I really must go.
Read Kelley. Here you can find a good summary of her book: https://www.ideo.com/post/the-ten-faces-of-innovation
“Hoy en día, el abogado del diablo es el mayor asesino de las innovaciones”.
– Tom Kelley
Tom Kelley, CEO de Ideo, y autor de “The Ten Faces of Innovation” se va duro contra el rol del abogado del diablo. Coincido con él y déjenme decirles por qué ustedes también deberían hacerlo.
He tenido el gusto de ser mentor en los nodos binacionales de innovación de Conacyt y la National Science Foundation; trabajo con mis clientes y alumnos en proyectos de emprendimiento e innovación; he estado en procesos masivos de emprendimiento como el macrotaller organizado por las universidades de Celaya y Harvard, y de todo he aprendido una cosa: ¿saben quién mata más rápido las ideas, innovaciones y oportunidades de emprendimiento? El abogado del diablo; esa persona que sale con sus opiniones pesimistas y desinformadas, siempre con la “inocente” intención de ayudar al proceso creativo, y sólo se dedica a destruir, a decir por qué no funcionarán las ideas.
Para el Vaticano ha de ser útil un abogado del diablo cuando están el el proceso de santificar a alguien… no lo sé ni me importa en realidad. Sí sé que la innovación y el emprendimiento necesitan creatividad, libertad, ganas de incursionar en territorios desconocidos y cosas nuevas. ¿Alguien puede decir si algo será innovador o disruptivo, si tendrá éxito o no, cuando apenas lo estamos creando?
¿Quién dice si las ideas son buenas o no?
Kotler dice que marketing crea, comunica y entrega valor a un mercado objetivo, con utilidad.
¿Y quién define el valor? Los consumidores. Ellos nos dirán si un servicio de renta de bicicletas, disponibles por una aplicación en el teléfono para tomarlas y dejarlas en cualquier lugar, vale o no $5 dólares por cada hora.
Ahí están Mobike y VBike; ¿sirven? ¿Son valiosas? El consumidor dirá.
El consumidor dirá si hay valor en la renta de departamentos de desconocidos para visitar otras ciudades y vivir como local, no como turista. Airbnb hace esa oferta y no le está yendo nada mal: tuvo ingresos por $3,400 millones de dólares en 2020, con todo y una pandemia mundial que ha limitado mucho los viajes.
Sin embargo…
Aunque no acepto el papel del abogado del diablo, creo que al innovar debemos ser críticos. Como con el revenue stream, esa sección del Business Model Canvas donde describimos cómo generaremos ingresos para operar bien y lograr una utilidad atractiva.
Desde una perspectiva práctica, el valor se refleja en el precio. La gente paga más por lo que considera valioso. Parafraseando al dicho, con frecuencia digo que “value is in the eye of the beholder”, o el valor está en los ojos de quien lo mira. ¿Por qué tiene un precio más alto un Rolex que un Swatch, si ambos son suizos y dan la hora con exactitud razonable? ¿Por qué alguien paga $320 dólares por una bicicleta de montaña Benotto, o $134,400 por una LOOK Montaña, cuando las dos están en venta en la misma página de Benotto? Por su valor. Simplemente, una vale más que la otra a los ojos del consumidor, y la gente está dispuesta a pagar más por ella.
Concluyendo: enséñale ya la salida a tu abogado del diablo, y estimula los demás roles para apoyar al pensamiento innovador. Déjalos trabajar en cómo ayudar al consumidor con sus motivaciones, frustraciones, beneficios y cosas por hacer, para producir ideas que generen valor.
¿Va?
De pilón.
Amazon está saliendo del mundo digital, abriendo tiendas con cosas muy innovadoras, como el pago sin cajeros. Ya tienen 24 tiendas en Estados Unidos. ¿Quién dirá si son atractivas? ¿El abogado del diablo? No. Los clientes.
De repilón.
La lealtad a la marca existe; se logra con tres estrategias y asegurando los procesos necesarios para entregar siempre al consumidor lo que le vendimos: Comunicaciones integradas, Oferta Impecable y Servicio Ilustrado. Échale un ojo al Modelo COS.
De repilón.
Tom Kelley, CEO de Ideo, y autor de “The Ten Faces of Innovation” se va duro contra el rol del abogado del diablo. Coincido con él y déjenme decirles por qué ustedes también deberían hacerlo.