Tuve el gusto de hablar ante los miembros de Amprofec en su evento anual; si además le sumo que fue en Acapulco, pues ni qué decir.
¿El tema? Originalmente era sobre mercadotecnia directa para el éxito de las exposiciones, pero se fue convirtiendo en una discusión sobre el uso de las comunicaciones integradas, la visión desde el lado del exhibidor, los resultados esperados contra los reales… muy agradable, porque el diálogo no terminó con la conferencia, sino que tuve la oporunidad de conversar con varios de los asistentes durante la comida, los recesos e inclusive el torneo de golf del sábado.
Sí, como industria, los organizadores de expos tienen las mismas inquietudes que todos los demás; básicamente, vender. Para lograrlo, hacen esfuerzos intensos de promoción y publicidad para atraer a los expositores y asistentes, combinando los intereses de las dos partes… Vaya reto.
Sí, he ido a un montón de congresos, expos y ferias, pero ahora tengo la visión también desde el lado de quien organiza; no es lo mismo, créanme. Como asistente e exhibidor, es fácil decir que no alcanzó a cubrir nuestras expectativas o la concurrencia no era lo que esperábamos. Ya vi que, desde el lado del organizador, empatar la oferta con las necesidades individuales es un reto a la capacidad de los organizadores, para mantener la personalidad del evento y a la vez hacer sentir a todos la satisfacción de haber recibido más de lo esperado en su asistencia… el problema, como siempre, es la percepción de la gente. Todos tenemos una opinión y los detalles para uno extraordinarios, para otro son pésimos; algunos acatan las reglas y otros se las pasan por el arco del triunfo; unos van a trabajar y otros a ligar a las edecanes. ¡Vaya industria! Me ha encantado conocerla un poco más; ahora, cuando exprese una opinión sobre un evento, no podrá ser una crítica fácil ni dicha al aventón. No tengo pretexto, pues ya vi el otro lado y, créanme, está cañón.
Les dejo también el material de apoyo usado en mi conferencia. Si nos vemos por ahí, nos saludamos.