¿No que la tele estaba muriendo?

Hoy me enteré de que Chumel Torres, el conductor de “El Pulso de la Pepública”, un exitoso noticiero chacotero en Youtube con más de 1.5 millones de seguidores –incluido yo– arranca con su programa por HBO.   ¿Cómo?  ¿No era al revés la cosa?  ¿No se había muerto la tele, en aras de los medios digitales?  ¿No estábamos viendo la crónica de la muerte anunciada de la televisión?

Captura de pantalla 2016-07-07 a las 15.39.06

Chumel Torres tiene un divertido e inteligente programa en Youtube, ya en su sexta temporada: El Pulso de la República. Con auténtico desparpajo comenta y critica las noticias más importantes de nuestro país y el mundo, despedaza a los políticos y besa con pasión una máscara de AMLO.  Ha sido un éxito y tiene más de millón y medio de seguidores.
Por el otro lado, desde hace años han habido voces proclamando la muerte de la televisión, de su caída como medio y desaparición porque “los medios digitales la van a sustituir”.  Televisa y TV Azteca han tenido una caída en sus ingresos y utilidades, y las voces han agarrado fuerza…
… pero no.  La cosa no es tan simple. La tele no está nada muerta.  HBO Latinoamérica comenzará a transmitir el programa de Chumel los viernes por la noche, aumentando su audiencia y llevándolo a otros mercados.  ¿Pues no que la tele se estaba muriendo como en la canción de killing me softly?
La tele no está muerta.  Más bien, está pasando por una etapa de transformación:  diría que es una crisálida, pero no; más bien, está cambiando de piel, está en plena metamorfosis. Se está convirtiendo en una cosa que ya no requiere de ondas radiales, sino señales por cable e internet para llegar a su audiencia, con contenidos distintos, modernos, atractivos para la audiencia, y modelos de generación de ingresos diferentes, cada vez menos sujetos a la tiranía del anunciante y con libertad mayor para la audiencia.
Me encanta vivir en esta época, cuando uno ve a los expertos, a los magos de la predicción equivocarse garrafalmente mientras los sujetos de su predicción siguen ahí, cambiando, madurando, diferenciándose.
(Se me hace que los predictores son de palabra fácil, pero no tan inteligentes como dicen.
No estoy seguro. Me parece, y la evidencia parece apuntar a que no estoy tan equivocado.)
De pilón.
¡Que Walmart se vaya de México! es un grito cada vez más común en las redes sociales, pidiéndolo para darle oportunidad a los comerciantes mexicanos de crecer.  A mí no me parece tan simple; no porque le haga al predictor (ver un par de párrafos atrás) sino por pura memoria:  en los ochenta, los comerciantes mexicanos, chicos y grandes, autoservicios y panaderías por igual, subieron los precios sin tocarse el corazón ni preocuparse por nosotros o nuestro bienestar.  ¿Subía la gasolina 10%? ese mismo aumento a los precios; ¿subía el salario mínimo?  Lo mismo.Aunque el impacto fuera menor, el pretexto era ideal para subir los precios sin miramientos.  Los precios subían con cualquier excusa y alcanzamos niveles de inflación superiores al 170% anual. La reetiquetación era práctica común. Era una locura.
En los ’90 llegaron Walmart y las demás internacionales a competir a México con sus políticas de precios bajos, forzaron a los comerciantes a ser más competitivos, y eso nos benefició a todos.  A todos. Los precios se estabilizaron y, por primera vez en muchos años, pudimos confiar en ir a la tienda sin ver cambios mayores en los productos  ¿Porqué habría de quererlos fuera de México?  ¡Quédense!
De repilón.
“Como a las once se embarca Lupita…”  Ya ni me acuerdo porqué, pero esa canción se hizo muy popular y me divertía cantarla.  Era música inocente, con mensajes de amor desgarrador y pésima gramática, pero la gente entendía y la cantaba con ganas.   Acaba de morir Don Lupe Tijerina, el último cadete de Linares, autores de El Chubasco.   Nos hacen falta más músicos así, capaces de crear música que la gente cante cuando esté feliz, nomás por divertirse.
De requetepilón.
Hoy termina otro trimestre en la EGADE.  Me enorgullece ver cómo entran mis nuevos alumnos cada curso, y cómo salen, crecidos, críticos, interesados en leer y enterarse.   A quienes se gradúan, les mando un fuerte abrazo y les deseo mucho éxito.  Como les dije una vez:  “que en 25 años se sientan tan fregones y exitosos como me siento yo”.
De requeterequepilón.
Mi Mamina, mi abuela, era muy sabia.  Tenía un ojo para la economía y el comercio muy superior al de muchos supuestos expertos.  De chico me enseñó cómo, cuando la fruta y las verduras suben de precio, es bueno dejar de comprarlas. Ya volverán a estar en temporada y bajarán. También me enseñó a no confiar en promociones como Julio Regalado: “suben los precios para luego hacernos creer en los descuentos como si fueran buenos”.
Cuando los medios y los gobiernos populistas enloquecen porque el huevo, el limón o el aguacate suben de precio, y acusan a los intermediarios –tan odiados por Echeverría– las palabras de mi Mamina vienen muy a cuento:  “¿Están caros? No los compres. Ya bajarán”.

Leave a Reply

Your email address will not be published.